El hada Mercurita: Presentación


   
                                                             

      Mercurita nació como resultado de un relato largo que quise hacer, titulado: "Los mundos de Kampelina". Fue en primavera del a
ño 2.009, creo recordar. De lo que sí me acuerdo es que dicho relato tuvo el honor de ser el primero en ser escrito en mi ordenador portátil, que me compré tras las fiestas de Navidad. La historia relataba la vida de una niña que patinaba muy bien y era admirada en su colegio por eso. Un día, a la salida de la escuela, una mujer conocida en el barrio por adivinar el futuro a sus clientes, se le acercó y le regaló un colgante que la transportaría a otro mundo tras pronunciar unas palabras, que le hizo aprender de inmediato. Kampelina acepta, muy extrañada y llena de confusión. El intenso olor a vino que desprende esa mujer le hace pensar que estaba borracha. Le cuenta el suceso a una amiga y a un primo, que se ríen de ella. Lo más seguro es que si pronuncia las palabras mágicas mientra sujeta el colgante no suceda nada extraordinario. Kampelina les propone hacer el intento, pero ellos se excusan y se van. Con el tiempo, las circunstancias son más favorables y los niños se deciden por fin a realizar el intento. Son trasladados a una extraña tierra donde la gente vive en la Edad Media. Al verlos con sus extrañas ropas del siglo xxi son apresados de inmediato para ser interrogados, y probablemente, vendidos como esclavos, ya que se hallan en una ciudad cuyos gobernantes son unos corruptos. En el momento más oportuno, llega una niña, morena, traviesa y con el pelo largo. Se ha enterado de lo ocurrido y llega justo a tiempo para salvarlos. Es el hada Mercurita.

      Ese suceso, ocurrido justo a mitad del relato, me hizo meditar. Había dotado a la hadita de una personalidad demasiado fuerte. Llegué a la conclusión de que era mejor dejar a Kampelina para otro momento y escribir sobre ella. De eso voy a hablaros a continuación.

      Al principio escribí "Mercurita la aprendiz de hada" para a continuación, escribir "Mercurita y sus amigas". Como el primer libro me pareció incompleto porque aún no había conocido a las compañeras que serían clave en sus siguientes aventuras, uní ambos libros en "Mercurita la traviesa hada". Si bien las progtagonistas principales son unas niñas, los libros sobre Mercurita no son cuentos infantiles. A continuación os describo un poco el principio, para que os hagáis una idea de cómo va la cosa. Los sucesos ocurren en "Tierra Yrena", un mundo donde la gente vive de forma parecida a la violenta Edad Media europea de finales del siglo XV.

      Mercurita es una niña, cuyo verdadero nombre es "Sania Taimoin". Vive sola con su madre, ya que su padre las abandonó, poco después de nacer. Este era un nómada salvaje, perteneciente a una tribu de saqueadores, que de vez en cuando, asolaban las calurosas tierras del sur. Para ganarse la vida, Línan, la madre de Sania, va a servir a la casa, cuyos propietarios son miembros de la baja nobleza. La dueña de la casa, Gefia, es una mujer severa y desconfiada. Tiene dos hijas. Una juega con Sania, pero la mayor, Florenia, es apática y parece insensible a todo ¿Qué hacer con ella?

      Un día, yendo al mercado, encuentran un puesto en el que venden velas para la buena suerte, amuletos y talismanes, entre otras cosas relacionadas con las artes mágicas. Gefia habla con el vendedor y este le dice que el comportamiento de Florenia podría estar ocasionado por algún poder mágico que tuviese. Le sugiere que consulte con un mago que él conoce para ver si es un hada. Gefia accede, llena de alegría. Si eso fuera así, podría mandarla a estudiar una carrera mágica. Eso la haría más popular y facilitaría un casamientoo con algún pretendiente adinerado.

      El mago, Fausto, no tarda en descubrir que Florenia tiene muy poca voluntad. Entre otras cosas, le pide que intente levantar un vaso, lleno de agua, usando su bastón mágico. Tras varios intentos fallidos, se retira a reflexionar. Le sabe mal que le hayan pagado para dar un informe negativo sobre las facultades mágicas de la hija mayor de Gefia.

      Nada más darse la vuelta, Sania se apresura a animar a esta para que intente levantar el vaso, una vez más. Su entusiasmo es tal, que la derrotista hija mayor de Gefia, accede a intentarlo. En ese momento, llega Melitta, su hermana, que le quita el bastón a Florenia e intenta levantar el vaso por su cuenta. Sania coge un lápiz. Hace el intento varias veces, y por fin, consigue levantar el vaso. Melitta hace sl intento, consiguiéndolo también. Pero Florenia sigue sin tener suerte. El mago, al ser informado por su ayudante de lo que están haciendo, se apresura a llamar a los familiares de las niñas para observarlas, discretamente.

      Tras varios intentos fallidos, por fin consigue Florenia levantar el vaso, poniendo de buen humor a su progenitora, que ahora presume de saber que su hija siempre tuvo facultades mágicas. Pero el mago no tiene ninguna duda. Ha sido Sania, la que dando ejemplo y animando a las demás, ha conseguido el milagro. Por lo tanto, cree que es un hada de lo más prometedora. Tras dar el informe favorable a Gefia, llama en privado a Línan y a Sania, pues es consciente de que la envidia de Gefia puede darles problemas. Les entrega un par de papiros, recomendando a la pequeña Sania para que estudie gratis en la escuela "El Roble Dorado" del reino de Lamokia, una escuela muy distinta a la que ha recomendado a Florenia. Pero Línan no está de acuerdo. Ese lugar está muy lejos y no quiere separarse de su hija. Tal vez, más adelante. El mago recomienda que vaya de inmediato, pues Sania podría perder sus poderes.

      Al día siguiente, Fausto se marcha. Sania le pregunta en privado a su madre, si su futuro es ser una sirvienta como ella. Línan le reitera que no quiere separarse de ella. También le advierte que ser un hada no va a resultar fácil; sobre todo, en Lamokia. Allí tienen unas costumbres algo distintas de las regiones del sur. Cuando vean su pelo negro y su piel morena por ser hija de un salvaje miembro de las tribus "loitinas", la discriminarán.

      A pesar de eso, Sania sigue soñando con ser un hada. Con frecuencia suelen usar un nombre mágico. Ella quiere uno, basándose en el informe que el mago Fausto ha escrito. Echa un vistazo a los papiros y lee:

      "Esta prometedora niña es testaruda como una piedra; ágil y escurridiza como el mercurio, con una voluntad de oro y un tesón inquebrantable. Es carismática y tiene un excepcional don de gentes. Es muy activa e incansable, capaz de animar a los desesperados y consolar a los afligidos”.        

      Sania medita unos instantes, antes de seguir leyendo. Cree haber encontrado lo que buscaba. Así que es escurridiza como el mercurio...¿Qué tal quedaría "Mercuria"? Claro, que al ser una niña, lo más probable es que la llamen "Mercurita" ¡Sí! ¡Eso es! ¡Mercurita suena mejor y le gusta más! Pero...¿Llegará a ser un hada algún día? Ese es el problema.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Refranero personal: "Nada quiero de esa falda..."

Las aventuras de Star Gordo: Presentación

La hadita en el desván